lunes, 28 de diciembre de 2009

Recuerdos.

Al abrigo de esta callejuela, la mañana mordisquea con sus labios secos mis orejas. Me susurra el obituario que descansa debajo de mí. Me cuenta relatos sin rostros, historias con nombres insinuados sobre manos cenizas, sobre labios que bautizaron un momento y ojos polares que fulminaron un instante.

Un espasmo revive el vicio de mis manos, devuelve el ardor a la piel cauterizada por tus dedos, concede un vistazo a la vida imposible sin tu presencia.

El presente corteja los "hubiera". Beso el suspiro engendrado por el instante. Y una vez que el frio sepulta de nuevo los detalles, palpo mis labios con la lengua.

No hay rastro alguno de melancolía.

Aline S. Ruiz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario